Somos seguidores de Cristo:
En nuestros días, no es suficiente con llamarnos Cristianos. Cuando los discípulos fueron llamados Cristianos, fue
porque se asemejaban a Cristo. Cuando El dijo "ven y sígueme" , eso fue lo que hicieron. Era más que una simple creencia
en El, se le unieron a la misión, se convirtieron en discípulos y portadores de la verdad. Nosotros creemos
que Dios nos ha llamado a esta misma misión de ser portadores de la verdad...a este plan de salvación que va conformando
nuestro ser a su imagen mientras le seguimos hasta el final.
Somos tan normales y reales como los demás:
Por ciertos motivos, para mucha gente, el escenario y las luces hacen que la gente parezca mas importante de lo que
son en realidad. A pesar de que pasamos un buen tiempo en “el escenario”, nada nos hace diferentes de los demás
seguidores de Cristo; gozamos de las mismas alegrías y luchas como todos los jóvenes de nuestra edad. Es la gracia de Dios
que nos mueve paso a paso hacia delante intentando dar nuestra música y nuestra voz. Sin embargo, solo hay una estrella en
el Reino de los Cielos, y no es ni Arjona ni nosotros. Su nombre es Jesús.
Somos amantes de la vida:
En esta inmensa eternidad se nos
ha dado muy poco tiempo sobre la faz de la tierra. Jesús dijo haber venido a dar vida en abundancia. Y así es como queremos
vivir, en la profunda experiencia de la promesa de Cristo. Porque al final del camino nos espera una corona, queremos correr
la carrera de la vida hasta el final, sabiendo que luchamos por dar fe, esperanza y caridad.